Medicina hiperbárica, también conocida como Oxigenoterapia
Hiperbárica (OHB) es el uso médico del oxígeno a presiones por
encima de la presión atmosférica, concretamente por encima de 1,4 ATA
(Atmósferas Absolutas).
Usos
Algunos de los principios terapéuticos de los que hace uso la medicina
hiperbárica son:
El incremento de la presión del entorno es de utilidad en el
tratamiento del síndrome de descompresión que afecta, por ejemplo, a
los submarinistas al subir a la superficie.
Bajo numerosas condiciones, el principio terapéutico de la medicina
hiperbárica reside en el incremento de la presión parcial del oxígeno en los
tejidos. La presión parcial de oxígeno alcanzable mediante ésta terapia es muy
superior a la que se conseguiría respirando oxígeno puro en condiciones
normobáricas (es decir, a presión atmosférica).
Un efecto asociado es el incremento de capacidad de transporte de
oxígeno de la sangre. En condiciones de presión atmosférica el transporte de
oxígeno está limitado por la capacidad de la hemoglobina de los glóbulos
rojos para ligarse con el oxígeno, siendo muy pequeña la cantidad de
oxígeno transportada por el plasma sanguíneo. La hemoglobina se
encuentra ya prácticamente saturada de oxígeno en condiciones normales, por lo
que no hay ganancia en este aspecto, pero el oxígeno transportado por el plasma
en condiciones hiperbáricas se incrementa notablemente.
Uso en EE.UU.
En EE.UU., la Sociedad Médica Subacuática e Hiperbárica: UHMS,
tiene un Comité de estudio y seguimiento de las indicaciones de la Oxigenoterapia
hiperbárica. Este Comité elabora un documento de consenso en el que se exponen
las distintas indicaciones así como las que están en fase de estudio o a la
espera de resultados concluyentes. Entre las indicaciones en las que la
Oxigenoterapia Hiperbárica es el tratamiento de elección se encuentra:
Aeroembolismo o embolia gaseosa
Intoxicación por monóxido de carbono
Intoxicación por monóxido de carbono complicado por envenenamiento por cianuro
miositis clostridial y mionecrosis (Gangrena gaseosa)
Infección de pared, y otras isquemias agudas traumáticas
Enfermedad descompresiva
Pie diabético con problemas de cicatrización
Pérdida excepcional de sangre que no pueda ser resuelta con
transfusión
Abcesos intracraneales
Infecciones necrotizantes de tejidos blandos (fascitis
necrotizante)
Osteomielitis Crónica Refractaria (refractarias)
Lesiones postrádicas tanto de tejidos blandos como óseos ( Osteoradionecrosis
de mandíbula, enteritis rádica, proctitis rádica y la temida cistitis rádica) (tejido
blando y osteonecrosis )
Injerto de piel & Flaps (comprometido)
Quemadura térmica
Otras aplicaciones incluyen:
Enfermedades de diabéticos: pie diabético, retinopatía
diabética, nefropatía diabética
Absesos epidurales
Ciertas clases de pérdida de audición
Cistitis hemorrágica inducida por radiación50
Enfermedad inflamatoria intestinal
Bases de la terapéutica
Cuando respiramos oxígeno puro a una presión por encima de 1.4 ATA, se
consigue, según la Ley de Henry, un incremento importante del oxígeno disuelto
en el plasma. Para hacernos una idea del incremento debemos pensar que cuando
respiramos aire la Presión Parcial de Oxígeno (PpO2) en sangre arterial es de
unos 90 mm de Hg. Pues bien, cuando respiramos oxígeno puro durante el
tratamiento en cámara hiperbárica, esta PPO2 puede llegar a ser de hasta 2000 -
2400 mm de Hg a 3 ATA. Con este aumento importante del transporte de oxígeno
podemos conseguir que aquellas áreas del organismo que estén en hipoxia (falta
de oxígeno) y que no pueda ser corregida de otra manera, se beneficien de este
oxígeno y puedan poner en marcha las rutas metabólicas y aquellos mecanismos
fisiológicos deprimidos por la situación de hipoxia.
Indicaciones
Los principales componentes de la acción terapéutica de la
oxigenoterapia hiperbárica son dos:
En primer lugar, garantizar el transporte de oxígeno a los tejidos
incluso cuando la hemoglobina y los glóbulos rojos no se encuentren
en condiciones de hacerlo, como ocurre en el curso de situaciones de anemia o
de intoxicaciones por gases como el monóxido de carbono(CO).
En segundo lugar, se trata de favorecer la difusión del oxígeno de los capilares a
las células, donde por cualquier causa exista una disminuida perfusión
sanguínea. Por consiguiente, la oxigenoterapia hiperbárica está también
indicada en todas aquellas patologías en las que exista hipoxia tisular. A este
grupo pertenecen patologías como:
La intoxicación por monóxido de carbono.
Gangrena gaseosa, Mionecrosis clostridial.
Pie diabético diabetes
Fascitis necrosantes.
Lesiones postradioterapia (Osteoradionecrosis, Cistitis rádica)
Enfermedad descompresiva.
Aeroembolismo o Embolia de aire traumática.
Osteomielitis Crónica Refractaria.
Otras aplicaciones
Existen testimonios científicos de la influencia positiva del oxígeno
hiperbárico en relación a los procesos de reparación de los tejidos lesionados,
con especial referencia al tejido óseo y al cutáneo, especialmente después de
quemaduras o trasplantes. En otras formas clínicas, la oxigenoterapia
hiperbárica puede conducir a la curación al reactivar procesos metabólicos
deficitarios.
Asociado a otros tratamientos, la oxigenoterapia hiperbárica
representa una ayuda valiosísima en las siguientes condiciones:
Insuficiencia arterial periférica en pacientes no revascularizables.
Tratamientos pre y postoperatorios en cirugía vascular.
Sordera Súbita.
Oclusión de la arteria central de la retina.
Encefalopatias postanóxicas, Parálisis Cerebral.
Autismo.
Esclerosis Múltiple.
Consideraciones especiales
Los médicos que se dedican a esta técnica están en posesión de Títulos
de Especialistas Universitarios y/o Máster en Medicina Subacuática e
Hiperbárica con entrenamiento en Cuidados Intensivos y Reanimación.
Con las adaptaciones específicas, prácticamente se puede aplicar en el
interior de la cámara hiperbárica los mismos cuidados que se aplicarían en una
Unidad de Cuidados Intensivos. Generalmente el Servicio de Medicina Hiperbárica
está asociado en el Hospital a los servicios de Cuidados Intensivos, Anestesia
y Reanimación.
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